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El escualo reconoce a su amigo y se deja acariciar por él
La reputación que tienen los tiburones está ligada a la depredación. Pero esta situación no es la que describe la relación de un buzo experto con una hembra de la especie Port Jackson, que durante siete años han interactuado de una forma singular.
Rick es el nombre del buzo que identifica al peculiar escualo por las marcas en su cuerpo. La hembra lo reconoce a la distancia, se deja acariciar y posa para la cámara.
“Empecé a jugar con ella hace como siete años, cuando era una bebé de solo seis pulgadas de largo. Me acerqué a ella con cuidado para no espantarla; después empecé a acariciarla con delicadeza. Cuando se acostumbró a mí; comencé a acurrucarla entre mis manos y a hablarle con dulzura a través de mi regulador” menciona Rick.
“Hice esto todos los días en la primera temporada que ella apareció aquí. Luego en las temporadas siguientes, ella me reconocía y nadaba hasta mí para que la acariciara. No tardó mucho en acostumbrarse a mí, hasta el punto en el que ella aparecía nadando a mi lado mientras yo pasaba, y me daba toques en las piernas hasta que extendiera mis brazos para abrazarla”, explica el profesional acuático.